Escena del bautismo. El padrino, el oficiante y su asistente. Pila bautismal. Parroquia de Colmenares de Ojeda (Palencia) |
Uno de los soportes narrativos más
interesantes del mundo románico, son sin lugar a dudas, las pilas bautismales.
Organizadas como frisos o como yuxtaposición de escenas permiten desarrollar un
relato un poco más largo y complejo que las cestas de los capiteles.
Entre las existentes en la
provincia de Palencia una de las más celebradas es la de la iglesia parroquial
de Colmenares de Ojeda. Es el único resto románico que se conserva en el lugar.
De un tamaño respetable (84 x 123 cms) fue realizada a finales del siglo XII.
Izq. Las tres Marías y el sepulcro vacío. Dcha. Grifo rampante entre vegetación. Pila bautismal. Parroquia de Colmenares de Ojeda (Palencia). |
El programa iconográfico se organiza a modo de friso en cuatro escenas dispuestas
como un continuo, sin mayor separación que la compositiva. La última escena, en
lo que podemos presumir zona posterior de la pila, está dedicada al pasaje de las
tres Marías y el sepulcro vacío mostrado por dos ángeles mientras los soldados
yacen dormidos en el suelo. En sentido contrario a las ajugas del reloj se
muestra la figura de un grifo rampante
entre motivos vegetales. Algunos autores identifican al ser fantástico con los infiernos y la muerte del alma. A la derecha, siguiendo
el sentido de las agujas del reloj, una escena que sigue presentando dudas en
su interpretación. En ella dos personajes se abrazan en presencia de un tercero
que apoya la mano sobre el hombro de uno de ellos. Algún investigador lo
relaciona con la resurrección de Lázaro y otros con el pasaje de los discípulos
de Emaús. En ambas interpretaciones se hace referencia a la resurrección. No
olvidemos que la parte contrapuesta de la pila está ocupada por la
representación de la muerte y el infierno (grifo). El relato concluye, en
realidad comienza, con la escena del bautismo en la parte anterior de la pila
donde un sacerdote bendice, con los dedos medio e índice extendidos, mientras
sumerge, parece a un niño en la pila bautismal. A su derecha el padrino le
acompaña, y a su izquierda un asistente llevando la cruz. Más a su izquierda la
madrina (con la cabeza cubierta) cierra la escena por esta parte. En la
contraria otros dos hombres acompañan a sendos niños que serán los próximos en
recibir las aguas bautismales.
Escena de la Resurrección de Lázaro o de Los discípulos de Emaús. Pila bautismal. Parroquia de Colmenares de Ojeda (Palencia). |
En resumen, la representación del
bautismo como la puerta que da acceso a la vida (Lázaro o Discípulos de
Emaús) en contraposición a la muerte y
la condenación (grifo) o la nada (sepulcro vacío).
La talla de muy alto relieve, casi
de bulto redondo, es de una gran calidad, y aunque mantiene ciertos
estereotipos arcaizantes (boca en v invertida, ojos almendrados con pupila de
trépano) consigue buena expresividad en algunas figuras y rostros y una muy
buena variedad narrativa.
El bautizo. Pila bautismal. Parroquia de Colmenares de Ojeda (Palencia). |
Todo esto me lleva a otro tema que
me gustaría comentar con mis lectores. La pila bautismal de Colmenares de Ojeda
cumple casi todos los requisitos de los objetos que están en los museos para su
contemplación por un público más numeroso. En efecto es un objeto raro, aunque
no tenga peligro de pérdida, es un objeto de calidad, y sobre todo es un objeto
representativo, muy representativo de un momento histórico y un lugar
determinado. Desde el punto de vista del patrimonio cultural es un objeto de
valor. Sin embargo no es un objeto museable. Tiene una característica que hace
inadecuada su musealización: Es un objeto en uso. Es un objeto que lleva 800
años utilizándose en la vida normal de Colmenares de Ojeda. Se sigue utilizando
como pila bautismal. Muchos antiguos vecinos de la población que ahora lo son
de las ciudades industriales de la costa y de la capital traen a sus hijos a
bautizar a su pueblo y en esta pila, aparte de ser cuidada por los lugareños,
cuando es necesario con ayuda de las autoridades, y visitada por todo amante
del arte y la historia.
Los padrinos llevan a sus ahijados al bautismo. Pila bautismal. Parroquia de Colmenares de Ojeda (Palencia). |
Los museos, centro de la
maquinaria el reciclaje cultural, solo guardan objetos representativos de un
tiempo y de un lugar cuando estos han perdido su función primigenia. En el
museo son reciclados y adaptados a la difusión y contemplación de lo pasado,
porque los recicladores (autoridades culturales) los reutilizan para otras
funciones tomando posición con ellas. La selección del tiempo hace que los
testimonios culturales que sobreviven sean de alta calidad (en parte es una de
las razones de su supervivencia) y, por esta razón, los museos suelen albergar
objetos de alta calidad, característica que llega a identificar a la propia
institución museística, cayendo sin querer en una perversión: los objetos que
alberga un museo son siempre de alta calidad. Todos sabemos que esto no es
así,. Los objetos de los museos son representativos y, solo a veces, de
calidad.
Por todo ello no son posible los
museos de arte contemporáneo y ellos mismos suelen adoptar el término de
Centros de Arte Contemporáneo. Pero esto nos lleva a otro punto ya muy lejos de
Colmenares de Ojeda de su pila bautismal.
Me ha encantado el blog, y más cuando me he encontrado con la pila bautismal de mi pueblo, Colmenares, con unas excelentes fotografías.
ResponderEliminarEs muy cierto que los pueblos pequeños, junto a la problemática y la angustia de la despoblación, conservan (mal, regular o mejor, esa es ya otra cuestión) un patrimonio no sólo artístico, sino etnográfico, literario, arqueológico en ocasiones... y por supuesto, la presencia siempre grata de la naturaleza a su alrededor, apenas alterada. Dicho de otro modo, son auténticos receptáculos de tesoros que poca gente valora.
Hace poco, unos amigos a los que llevé a visitar la iglesia de mi pueblo, Colmenares, y la pila bautismal románica, me preguntaron si a mí me habían bautizado en ella. "Por supuesto que sí... en este pueblo no hay ninguna otra iglesia ni pila bautismal", les respondí un tanto irónico. Entonces ellos me dijeron que si así había sido, no les extrañaba que los derroteros de la vida me hubieran llevado a ser historiador del arte; ya desde niño había estado empapado de ese arte que tanta pasión me despierta.
Reconozco que es cierto; a veces los lugares a los que pertenecemos, sin saberlo nosotros, nos enseñan lecciones decisivas para nuestra vida. De ahí mi infinita gratitud y deuda para con mi pueblo.
Saludos y gracias por traer aquí lugares tan desconocidos aunque importantes, a su manera, a pesar de todo. ;)