domingo, 22 de diciembre de 2013

Feliz Año 2014

Isidoro Coloma. Casi todos los medios, 2013


Para todo el que llegue hasta aquí mis mejores deseos de prosperiad para el próximo año 2014. Y se lo transmito con casi todos los medios de comunicación que conozco para hacerlo.

sábado, 15 de diciembre de 2012

MUSEO DEL EJÉRCITO. Toledo.

Yacimientos arqueológicos en el Alcázar. Vista desde la escalera interior de acceso. Museo del Ejército. Toledo.
Hace unos días satisfice unas expectativas levantadas hace mucho tiempo: visité el Museo del Ejército en su nueva sede de Toledo. Los aires de renovación del museo instalado en el Salón de Reinos y estancias circundantes del antiguo Palacio del Buen Retiro vienen desde bastante antiguo. En los finales de los 80 tuve ocasión de ver un proyecto arquitectónico para la nueva sede que se proyectaba construir detrás del edificio del Antiguo Ministerio del Aire en Moncloa. Poco recuerdo de aquel proyecto de edificio a excepción de que era de nueva planta, tenía elementos semienterrados, no sobrepasaba cierta altura (el edificio del Ministerio del Aire estaba muy próximo) y parecía muy funcional y adaptado a lo que se esperaba de un museo de nuestra era. Parecía que el edificio (que me perdone su autor pero no lo recuerdo) tenía el propósito de concluir con la visión romántica que en esa época ofrecía el museo, por otra parte muy común en muchos museos españoles. La época de las renovaciones estaba cerca pero aún no había llegado.
Poco después el edificio del museo empezó a engrosar los proyectos de ampliación del Museo del Prado, desechadas las del Hospital General (hoy museo Reina Sofía ) y del palacio de Villahermosa (hoy Museo Thyssen-Bornemisza). El nuevo Prado incluiría los restos del antiguo Palacio del Retiro ( Salón de Reinos y Casón, además de las ampliaciones en los Jerónimos y el edificio de Villanueva). Las expectativas aparecieron de manera incontrolada. El Museo del Ejército se traslada al edificio del alcázar de Toledo por anuncio expreso del presidente Aznar. Allí abrirá el 19 de julio de 2010. Han pasado catorce años.
Vista de Sala dedicada a la Guerra Civil. La exposición va alternando documentos del bando republicano y del bando franquista. Museo del Ejército. Toledo.
En este intermedio que algunos sociólogos dicen corresponde a una generación por la rapidez de los acontecimientos (tradicionalmente se entendía tras el paso de 30 años), el panorama museístico español y mundial da un vuelco sin precedentes. El público acude a los museos de forma masiva y se reinventan tanto la técnica museográfica como las concepciones museísticas. Las presentaciones ambientales, muy agradables de ver pero cargadas inevitablemente de sentido que no siempre se comparte, van dando paso a presentaciones más asépticas que solicitan mayor participación del visitante y, por qué no decirlo, mayor esfuerzo. En el mundo de los museos de arte se dan con más frecuencia los discursos de tipo temático (relegando a segundo término la ordenación cronológica), en los que los objetos funcionan como ilustradores de conceptos, aunque hay que reconocer que como ilustradores a veces singulares y extraordinarios. En el mundo de la historia se comienzan a exponer discursos un poco más genéricos que superen la incomodidad de acontecimientos puntuales sufridos de diferente manera por sus protagonistas y sublimados en uno u otro sentido por sus descendientes.
Paneles dedicados a la historia de Alemania durante el período de poder de Hitler. En estos papneles se resume la información sobre Hitler y los judíos de forma explícita en todo el museo. Museo Judío. Berlín.


Para el que esto escribe el Museo del Ejército se hizo muy presente cuando visitaba otro museo de memoria histórica controvertida: el Museo Judío de Berlín. Este museo promovido y patrocinado en gran parte por las autoridades berlinesas y alemanas, concebido magistralmente por un arquitecto descendiente de judíos polacos, ganador de un premio internacional con un discurso agresivo aceptado por esas autoridades alemanas, matizado por el autor en su proyecto definitivo por la imagen poética de sustituir la realidad del holocausto por la imperiosa necesidad de llenar el vacío provocado por la ausencia, este museo, repito, da para mi las pautas de la superación de algunos problemas enquistados con una fórmula sencilla: aceptación de los otros y respeto a los mismos.
Ahora ya he visitado el nuevo Museo del Ejército. Solo tres horas de visita pero algo se puede deducir. Lo primero es que se entra por un edificio nuevo, el museo. E inmediatamente se hace evidente el nuevo concepto como se puede ver en la ilustración: El estudio del edificio se hace en su discurso histórico completo, desde los yacimientos arqueológicos más antiguos a nuestros días.
Vista de pasillo de transito dedicado a la propaganda durante la Guerra Civil. Museo del Ejército. Toledo.
Un vez dentro pasamos por zonas temáticas y por un recorrido histórico pensados desde la exposición en intimidad: pasillos estrechos que propician la visualización individualizada o grupos muy pequeños (por cierto, los grupos escolares supondrán problemas de seguridad), parquedad en los textos aunque abundante presencia de audiovisuales y ampliaciones a iniciativa del visitante. El recorrido histórico también está pensado desde la generalidad, la visión de conjunto, la asepsia y sobre todo, desde el punto de vista de los ejércitos como servicios del Estado, tan vulgares y necesarios como Hacienda, la Seguridad Social y, por qué no, el Sistema Español de Museos.
Este es el Museo del Ejército que estaba instalado en Madrid pero tiene otro discurso y otro concepto. Y están bastante bien.

sábado, 1 de diciembre de 2012

LA ZORRA Y LOS PENSIONISTAS

Capitel de la zora y el cuervo. San  Martín de Tours. Frómista (Palencia).
Contaba Esopo que un cuervo robó a unos pastores un pedazo de carne y se retiró a un árbol.  Lo vio una zorra, y deseando apoderarse de aquella carne empezó a halagar al cuervo, elogiando sus elegantes proporciones y su gran belleza, agregando además que no había encontrado a nadie mejor dotado que él para ser el rey de las aves, pero que lo afectaba el hecho de que no tuviera voz.
El cuervo, para demostrarle a la zorra que no le faltaba la voz, soltó la carne para lanzar con orgullo fuertes gritos.
La zorra, sin perder tiempo, rápidamente cogió la carne y le dijo:
-- Amigo cuervo, si además de vanidad tuvieras entendimiento, nada más te faltaría realmente para ser el rey de las aves.
Moraleja: Cuando te adulen, es cuando con más razón debes cuidar de tus bienes.
Capitel de la zorra y el cuervo. San Martín de Tours, Frómista (Palencia).

Los cristianos adoptaron la fábula de con fines moralizantes en uno de los capiteles más conocidos de  San Martín de Frómista. En esta versión medieval de la época románica se ha cambiado la carne por un queso pero el sentido del relato sigue siendo el mismo.
En el capitel, de fuerte intencionalidad preventiva se alude a la soberbia, definidora de la actitud del cuervo y realzada por el relato de la Torre de Babel. Sobre ella se apoya un personaje a la vez que se coge la lengua con la mano reflejando el castigo que Dios impuso de confundir las lenguas de los hombres.
En el lateral izquierdo del capitel, a nuestra derecha, y junto a la zorra, dos figuras simiescas desarrollan los conceptos del cinismo, la mentira y el engaño. Una de ellas es un animal, también con la boca fuera y retorcido sobre si mismo; el otro un mono vocinglero que mira al infinito de lo por venir.
La moraleja sigue vigente y precisa en el siglo XXI y más si la aplicamos a una campaña electoral y al incumplimiento de todas las promesas en ella presentadas y enfatizadas hasta la saciedad.

martes, 27 de noviembre de 2012

SAN MARTÍN DE FRÓMISTA (Palencia). Glosas tardías a una restauración III.

Capitel de Frómista con el tema de La Muerte de Clitemnestra o La Expulsión de Adán y Eva del Paraiso. Este capitel fue destruido al parecer por considerarse obscenos los cuerpos desnudos de sus protagonistas. Son perfectamente discernibles las huellas de la piqueta en los rostros de los personajes. Museo Arqueológico Provincial de Palencia.
        
--> Sentir el arte. Explicar el arte. Con el recuerdo de mis visitas veraniegas por las iglesias románicas palentinas se me hacen presente estas dos posibilidades de acercamiento al patrimonio artístico. En ocasiones, al visitar la iglesia de una población con muy pocos habitantes tenía una cierta sensación de intruso, de cazador furtivo, de ladrón de placeres ajenos. Parecía que con el tiempo se había abandonado el templo, que el aparente desuso propiciaba un cierto desorden en su interior, que la parroquia ya no funcionaba como aglutinador de los pocos lugareños que no abandonaban su tierra chica. Muchos pueblos están huérfanos de cura y en otros se celebra misa de higos a brevas. Sin embargo cuando nos acercamos de visita siempre había una guardesa que nos habría la iglesia, o un guardés que nos enseñaba la pila bautismal. Algún ramo de flores fresco, a veces, y marchito las más, indicaban que los devotos pervivían entre esos muros. Las iglesias estaban poco utilizadas. Pero se notaba, el furtivo notaba, que el sentido de pertenencia de algunas personas a ese lugar lo mantenía vivo. No estaba ni abandonado, ni en desuso, solo había decrecido el número de sus usuarios habituales y los visitantes no suplíamos (aún) a los naturales del lugar.  
   
--> San Martín de Tours en Frómista no ha corrido suerte semejante. El enclave siempre ha tenido relevancia en cuanto a población y recursos se refiere, sin olvidar que es un punto muy significativo en el Camino de Santiago. La iglesia del antiguo monasterio, extraordinaria antes y después de la restauración, soporta una concepción arquitectónica de exquisita sencillez tectónica y comedida estructuración simbólica. Pero si su programa arquitectónico es discreto y equilibrado, su programa escultórico es amplio, exuberante y de una calidad pocas veces superada. Noventa y seis capiteles, de tema vegetal y figurativo, situados en el interior y en el exterior del templo desarrollan un completísimo programa iconográfico que se complementa con los trescientos canecillos que soportan las múltiples cornisas.  -->
Capiteles, copia y original, con el tema de La Muerte de Clitemnestra o La Expulsión de Adán y Eva del Paraiso. El tema reproduce los relieves del sarcófago romano de Husillos conservado en el Museo Arqueológico Nacional que resumen la Orestíada de Sófocles en el mimento en que Oreste mata a Clitemnestra mientras las furias acosan al héroe con serpientes en las manos. En térrminos cristianos La Expulsión de Adán y Eva por las fuerzas de la tierra (la serpiente como símbolo telúrico), aunque pueden purificarse en su paso por la tierra (simbolizados en la máscara que vierte el agua pruficadora por su boca). Yo soy la fuente de vida, dirá Cristo. Capiteles en San Martín y en el Museo Arqueológico Provincial de Palencisa.
    La restauración de ese material escultórico también fue revisada con todo detalle. Todos los elementos se desmontaron, limpiaron y almacenaron cuidadosamente. En algunas ocasiones se procedió a la talla de copias intentando reproducir el tema iconográfico que se podía deducir por la información que se tenía incluyendo el propio capitel original. En las zonas rehechas una R en letra capital advierte del cambio. Sin embargo apenas era necesario. Muchos de los sillares nuevos de muros y plementos se confunden con los originales por el paso del siglo transcurrido. En las labores escultóricas las piedras nuevas son fácilmente discernibles. El color les delata y más aún la calidad de la talla. Algunos de estos capiteles originales se conservan en el Museo Arqueológico de Palencia. Pongo juntas las fotografías de original y copia para que se puedan comparar. La restauración escultórica parecía ir por buen camino hasta el momento de volver a situar las piezas en su lugar preciso. No fue posible recolocar cada capitel y cada canecillo en su lugar primigenio. Algunos están trastocados, y aunque se mantenga el discurso general del programa iconográfico, la precisión del mismo, según los estudiosos, se ha perdido quizás para siempre.
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Copia de capitel y original con la escena de varios personajes cabalgando sobre felinos. San Martín de Frómista y Museo Arqueológico Provincial de Palencia.
He llamado copias a los capiteles que se pueden ver en el templo de San Martín. Quizás fuera más adecuado llamarlos explicaciones, o puntos del aparato didáctico que completa el significado de una pieza museística llamada San Martín de Tours en Frómista. Convertir la iglesia en una pieza de museo, y con el tratamiento que ello implica, es lo que ha guiado la actividad de Aníbal Álvarez.
Personaje cabalgando sobre felino simbolizando como los hombres son llevados y dominados por las fieras, símbolos de los vicios. En la parte izquierda de la imagen una fiuera muerde el tobillo del personaje simbolizando los horrores del infierno. Museo Arqueológico Provincial de Palencia.
      En la restauración se ha despojado al templo de todo lo que se sabía no era de la época de su construcción y se ha dejado lo estrictamente original. Estos días presentaba en clase unas imágenes del museo del Louvre en las que un grupo escultórico desarrollaba el tema del Descendimiento, pero en el que no aparecía ni cruz, ni sudario, ni contexto alguno. De forma similar recuerdo que se muestran piezas de armaduras de caballos y caballeros en el Museo de Historia Alemana de Berlín, suspendidos del techo por múltiples hilos de nylon, pero sin las figuras de caballos o caballeros que lo soportasen. Bastantes ejemplos más siguen viniendo a la memoria. Lo que importa: hay una corriente de actuación en los museos que preconiza presentar los objetos museísticos sin recontextualizar (descontextualizados están siempre como bien sabe el lector) intentando presentar el objeto formalmente perfecto, sin ningún elemento de distracción. La arquitectura de San Martín se ha tratado de esta manera. Solo se ha reconstruido lo que era imprescindible para su completa presentación, aunque sepamos por palabras propias de Aníbal Álvarez que intentó “complementar adecuadamente” lo que estaba restaurando. En el apartado escultórico tampoco dejó de completar el programa iconográfico.
Copia y original de capitel de San Martín de Frómista con representación de Pelícanos, tradicional simbología de la figura de Jesucristo. San Martín de Frómista y Museo Arqueológico Provincial de Palencia.
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En resumidas cuentas, desde hace muchos años san Martín de Frómista no acoge a vecinos ni a devotos, solo es visitado por estudiosos, turistas y peregrinos que nunca esbozarán una oración. San Martín es un templo en desuso. Para ser más exacto ha cambiado de uso como todas las piezas de museo. Ahora explica el arte románico en su versión más perfecta tanto escultórica como arquitectónicamente. El que desee sentir el arte (románico en este caso) que se dirija las pueblos en el borde del despoblamiento y, aunque se sienta furtivo, pida la ayuda del guardés de turno que a buen seguro le ayudará.

viernes, 16 de noviembre de 2012

SAN MARTÍN DE FRÓMISTA (Palencia). Glosas tardías a una restauración II.

Vista de la nave central. En las columnas de la izquierda se pueden aopreciar distintivos de la restauración. San Martín de Tours. Frómista.
-->      Las actuaciones de Aníbal Álvarez sobre la iglesia de San Martín de Tours en Frómista tuvieron lugar en tres ocasiones: 1895, 1896 y 1901. 
     Con el primer proyecto solo se pretendía estabilizar el edificio para evitar su ruina, que se consideraba próxima e inevitable, mediante el recalzado de la cimentación de la zona sur y el apeo general de la iglesia. Aunque se considera, esta solución es desechada por el arquitecto pues supondría la presencia de contrafuertes exteriores que contrarrestaran las fuerzas laterales sobre los muros perimetrales provocadas en exceso por la presencia de la torre sobre el cimborrio y el tejado a dos aguas con muchos apoyos los extremos de las bóvedas laterales y pocos sobre los muros soportes de la bóveda central, a los que necesariamente hay que sobrecargar para conseguir la estabilidad del conjunto. Esta solución probablemente daría satisfacción a algunos críticos posteriores, al dejar intacta la fábrica original y también sus añadidos, o lo que es lo mismo: la historia del edificio. El resultado de una actuación semejante nos recuerda el tratamiento que se dio en la restauración del siglo XVIII a la Colegiata de Santa María del Sar en Compostela. Intuyo que la imagen de la colegiata debió estar muy presente en el pensamiento de Aníbal Álvarez al desestimar esta opción por su “aspecto antiartístico y fuera de época”.

Vista de los arbotantes dispuestos para sujetar la cubierta tras la restauración del siglo XVIII. Colegiata de Santa María del Sar. Foto: José Antonio Gil Martínez tomafda de Wikipedia.
                    
-->Álvarez entiende que se le pide no tanto una estabilización del edifico como una restauración, es decir devolver el aspecto original de la iglesia cuando se construyó en el siglo XI. Por tanto decide prescindir de los grandes añadidos conocidos y desmontar el torreón sobre el cimborrio, la escalinata exterior de acceso al mismo, los tejados a dos aguas, los recintos utilizados como sacristía y como capilla lateral y las construcciones modernas a los pies de la fábrica, además de los ya comentados trabajos de apuntalamiento general y recalce de la cimentación de la zona sur. Con todas estas supresiones se cortaba de raíz las causas que provocaban la inestabilidad del edificio. Pero también se perdía para siempre la visión romántica de la iglesia que había captado Francisco Javier Parcerisa i Boada para el libro Recuerdos y Bellezas de España. A cambio el arquitecto apostó por una restauración que permitiera devolver el aspecto primigenio a la edificación y posibilitase también recuperar su uso habitual como recinto de culto. Aníbal Álvarez propuso seguir los criterios de una restauración a la francesa, que permitiera la pervivencia funcional desestimando el criterio de un asentamiento de ruinas a la italiana que convertía los restos patrimoniales en elementos inermes aunque totalmente auténticos
Francisco Javier Parcerisa i Boada. San Martín de Frómista.
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   Solo un año después del primer proyecto se tuvo que cambiar el sentido de las actuaciones al comprobar la inminente desestabilización y caída del edificio. En este segundo proyecto, además de todo lo previsto en el primero, se propone demoler y construir de forma sucesiva y sin intervalos temporales para conseguir precisión en lo reconstruido y evitar las posibles dudas que pudieran darse al tener presente el modelo antiguo. Las restauraciones se ejecutarán con las piedras previamente demolidas y numeradas antes para colocarlas en el mismo lugar. Donde falten se repondrán los huecos con otras similares de color discernible y sin ornamentar, buscando la diferenciación entre la fábrica original y los añadidos del momento. En teoría, sigue muchas de las recomendaciones que mucho después se darán en las Cartas del Restauro a partir de la redactada en Atenas (1931), Venecia (1964) y sucesivas.
Aníbal Álvarez. Vista de la facada sur de San Martín de Frómista en 1895.
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   Sin embargo la demolición de todos los añadidos a lo largo de la historia supuso la presencia de demasiados “huecos” que habría que cubrir y necesariamente “inventar”. El más importante, sin duda, fue la fachada oeste a los pies de la iglesia de la que se carecía de toda información original. La “construcción” de esta fachada, así como la implantación del pavimento y otras piezas menores (mesa de altar vidrieras, etc.) son el núcleo de la actuación de 1901.
   El resultado final es la presencia de una fabrica arquitectónica de iglesia, modelo perfecto de construcción siguiendo el estilo románico, de la que no estamos seguros de la autenticidad de todas sus partes aunque siguiendo, la terminología cinematógrafica de lo verosímil fílmico, todas son lógicas y consecuentes.

Stüler, F.A.; Chipperfield, D.; y Harrap, J.: Vista de una sala del Neues Museum donde se pueden comprobar la cohexistencia de materiales originales de la época de Stüler, materiales de "relleno" de la restauración de Chipperfield y materiales de la dotación técnica del museo. Neues Museum. Berlin.
   Para concluir un ejemplo que ha sabido resolver todos los problemas planteados en Frómista. Me refiero a la restauración, concluida en 2010, del Neues Museum de Berlín realizada por David Chipperfield y Julian Harrap sobre los restos bombardeados en la 2ª guerra mundial y en parte no consolidados durante la época de la RDA del edificio construido por Friedrich August Stüler entre 1843 y 1859. La simple contemplación de la fotografía que aporto nos da muchas de las pautas adoptadas por la tecnología restauradora actual. En cien años se ha conseguido pasar de los planteamientos certeros a las aplicaciones precisas.

miércoles, 17 de octubre de 2012

SAN MARTÍN DE FRÓMISTA (Palencia). Glosas tardías a una restauración I

San Martín de Frómista (Palencia). Estado actual del templo. Fachada sur.
La iglesia dedicada a San Martín de Tours en Frómista (Palencia) fue construida en un periodo único de unos quince años poco antes de 1066 por la magnificencia y generosidad de Doña Mayor de Castilla (también conocida por Doña Munia) que fue esposa de Sancho III de Navarra. La iglesia formaba parte de un conjunto mayor, un monasterio, al que se retiró Doña Mayor al enviudar en 1035 y al que legó en su testamento (1066) el barrio de San Martín, cuyo poblamiento había procurado ella misma, así como viñas, tierras, prados, ganados, etc., todo ello para el mantenimiento de clérigos y sirvientes que hicieran preces por su alma a su fallecimiento.
La iglesia, de gran perfección técnica y unidad estilística en los que no vamos a detenernos por conocidos, se inscribe en el reducido grupo de grandes hitos artísticos del camino de Santiago como Jaca, San Isidoro de León y la misma catedral de Santiago de Compostela. No en vano está situada en el mismo centro geográfico del Camino Francés.
Maqueta que reproduce el estado de san Martín antes de 1896. Fachada Sur. Nótese la presencia de la sacristía en la fachada sur del crucero, el tejado sobre las cubiertas y el espacio intermedio, probablemente un palomar, y las construcciones en la fachada oeste, con su torrecilla sur medio destruida.
Los avatares de la iglesia de San Martín comienzan en 1118, fecha en que por testamento de Doña Urraca, biznieta de Doña Mayor, el monasterio de Frómista pasa a depender del de san Zoilo en Carrión de los Condes, convirtiéndose en un priorato, mientas la villa de Frómista depende del obispo de Palencia. Las luchas por los derechos jurisdiccionales y económicos del barrio de San Martín se mantiene durante varios siglos afectando a la iglesia que dejó de tener la importancia de los primeros tiempos. En medio de estas disputas, en 1415, se derruyó una de las torres de campanas a los pies del templo. Hacía casi un centenar de años que los últimos frailes habían abandonado el priorato. Este solo tenía carácter de institución jurídica y a su frente estuvo un prior hasta bien entrado el siglo XIX.
Maqueta que reproduce el estado de san Martín antes de 1896. Cabecera.
Durante los siglos XV a XVIII el edificio de la iglesia sufrió diversas transformaciones e incluso una transformación general del monasterio a mediados del siglo XVIII llevada a cabo por fray Asconso. En este tiempo se construyó una sacristía adosada al testero sur así como diversas capillas en diferentes puntos de las naves laterales. Tampoco faltaron otras construcciones adosadas por el exterior que aprovechaban la estabilidad del edificio primitivo. Entre estas es significativo el tejado a dos aguas sobre las tres naves rematando la siempre indeterminada fachada (originariamente conectaba con el monasterio) y proporcionando el espacio a un palomar. El resultado fue una edificio prácticamente envuelto por otras construcciones que ocultaban la traza original del siglo XII, del que apenas era visible la cabecera.
Maqueta que reproduce el estado de san Martín antes de 1896. Fachada Norte y cabecera. Nótese la torrecilla norte de los pies encerrada por las construcciones adosadas, así como el soportal y el cuerpo de viviendas superior.
Entre los complementos añadidos destaca un segundo cuerpo que se construyó, (siglo XV) sobre el primitivo cimborrio románico. En él se albergó el cuerpo de campanas, probablemente buscando un sustituto adecuado en altura y potencia sonora a la torre destruida años atrás y adecuada para la llamada a una comunidad cercana, el monasterio, y prácticamente inútil para una parroquia abierta a los páramos de los campos de labor. Por suerte se construyó una escalera de servicio por el exterior de la iglesia que mediante una pasarela volada daba acceso a la nueva construcción. El añadido evitó tener que perforar la fábrica original.
A pesar de todos estos elementos enmascaradores, la calidad del edificio era evidente y el 1 de noviembre de 1894 fue declarado Monumento Nacional.
Maqueta que reproduce el estado de san Martín antes de 1896. Fachada Oeste. Las construcciones adosadas ocultan la fachada a los pies de la iglesia, que nunca debió ser muy destacada por conectar de forma directa con el antiguo monasterio.
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Sin embargo también era evidente que el mal mantenimiento del edificio (en las capillas aparecieron goteras nunca reparadas), y el cálculo erróneo del comportamiento del edifico primitivo ante los añadidos, de forma particular el cuerpo de campanas sobre el cimborrio, así como el uso de los terrenos colindantes con la fachada sur como huerta con riegos que afectan la estabilidad de los cimientos, llevan a la iglesia de San Martín de Frómista a un estado de ruina inminente.
El encargado de las obras de restauración fue el arquitecto Aníbal Álvarez que intervino en el templo entre los años 1896 y 1905. Su trabajo sigue levantando polémicas pasados 100 años. A ese trabajo dedicaremos la próxima entrada en este blog.Mientras hagámonos una idea de cómo estaba el edificio antes de 1896 a través de una maqueta ilustrativa que se expone en el templo.
Para más información véase HERRERO MARCOS, J. y ARROYO PUERTAS, C.: Arquitectura y simbolismo de san Martín de Frómista. Diputación de Palencia, 1995. y la amplísima bibliografía existente al respecto.

miércoles, 3 de octubre de 2012

REBANAL DE LAS LLANTAS

El vicio de la lujuria. Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia).
Rebanal de las Llantas es un pueblo de la montaña palentina situado a 1150 en el inicio del Valle Estrecho y a 13 km de Cervera de Pisuerga. Según las fuentes consultadas la población oscila entre los 8 y 13 habitantes y por lo recóndito del lugar nunca debió tener mucha más población a pesar de la riqueza en hayedos y robledales (proporcionan un espectacular paisaje) cuya madera daba, en tiempos, la materia prima de carpinteros y artesanos, oficios significados en la población.
A pesar de lo escondido del lugar, Rebanal estuvo poblado desde los inicios del segundo milenio necesariamente con bastante mayor población que en la actualidad pues fueron capaces de costear una iglesia, quizás muy pequeña de la que no se conserva nada, la actual es del siglo XVI, y una pila bautismal con un programa iconográfico de interés por su aparente  inadecuación realizado en un medio relieve de calidad relevante en alguna de sus zonas.
La pila bautismal, fechada a finales del sigo XII, realizada en piedra arenisca, con forma semicircular, de 52 x 90 cms, presenta una sucesión de escenas sin cortes de separación, a modo de friso corrido.
La Paz y la Tregua de Dios (detalle). Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia).
La primera escena esta dedicada al vicio de la lujuria. Se presenta a una mujer cuyos pechos son mordidos por dos serpientes que parecen ser amamantadas por ella. Una de las serpientes se enrosca entre las piernas y brazos de otra mujer que utiliza sus manos para ocultar su sexo y su pecho. Una tercera serpiente colgada desde lo alto parece dirigirse a las dos mujeres que soportan el suplicio con los ojos entornados y la boca cerrada. Es evidente el sentido moralizante, para algunos necesariamente de castigo, de la representación.
Siguiendo a la derecha, la escena siguiente representa a dos jinetes con lanza y cota de mallas enfrentados y con una dama en medio que sujeta la espada de uno y la lanza de otro. Es un tema bastante desarrollado en el románico: se trata de la representación de la Paz y la Tregua de Dios.
Escena amatoria. Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia).
La escena que sigue está formada por cuatro personajes. Los dos centrales, son una pareja abrazándose, besándose y realizando el coito mientras un hombre, quizás el fiador parece dirigirse a los amantes, mientras en la parte derecha una mujer, con manto toca y barbuquejo, apoya su mano y empuja la espalda de la amante hacia su oponente masculino. El realismo de la escena recuerda capiteles y canillos de la iglesia de Cervatos.
El friso sigue con una escena en la que se presenta a un músico tocando una vihuela con arco acompañado de una bailarina, normalmente interpretada como escena de juglaría, y concluye con dos personajes abrazados, que por la actitud de sus caras en actitud repulsiva más parecen luchar y que se suele identificar como la representación de la discordia. De este tipo de desórdenes protege una mujer a su hijo escondiéndolo con sus manos en su regazo.
La discordia. Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia).

En total dos escenas de disputas resueltas de manera distinta: en una dama protege a un niño con sus manos separándolo de la disputa y en la otra deteniendo a los contendientes. La Iglesia se representa a si misma en su labor mediadora. Dos de las escenas restantes están dedicadas a relatar las alegrías de la vida: la danza y la práctica amorosa. La quinta y última, mujer humillada y torturada en su femeneidad, relata de forma inequívoca el castigo.
Se dice que en la cultura judía está inserto el sentido de la venganza, de la ley del talión. En respuesta a esta actitud la cultura cristiana ha aportado una dicotomía: el perdón, incluso al hijo pródigo, y el castigo irremediable, aunque ya se haya determinado que no existe infierno.
¡Y todo este programa se desarrolla en una pila bautismal!
La aportación de las últimas generacionesconsite en situar la pila en un cubículo de reducidas dimensiones y contra la pared de tal manera que su acceso es imposible para cualquier visitante (no permite apenas su limpieza lo que origina un color de la piedra arenisca muy diferente). Las posibilidades de autofoco de las modernas cámaras han permtido captar "a ciegas" las escenas que se presentan. Doy por supuesto que el lector ha entendido que la escena que se sitúa contra la pared es la de carácter amoroso.