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El vicio de la lujuria. Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia). |
Rebanal de las Llantas es un
pueblo de la montaña palentina situado a 1150 en el inicio del Valle Estrecho y
a 13 km de Cervera de Pisuerga. Según las fuentes consultadas la población
oscila entre los 8 y 13 habitantes y por lo recóndito del lugar nunca debió
tener mucha más población a pesar de la riqueza en hayedos y robledales
(proporcionan un espectacular paisaje) cuya madera daba, en tiempos, la materia
prima de carpinteros y artesanos, oficios significados en la población.
A pesar de lo escondido del lugar,
Rebanal estuvo poblado desde los inicios del segundo milenio necesariamente con
bastante mayor población que en la actualidad pues fueron capaces de costear
una iglesia, quizás muy pequeña de la que no se conserva nada, la actual es del
siglo XVI, y una pila bautismal con un programa iconográfico de interés por su
aparente inadecuación realizado en un
medio relieve de calidad relevante en alguna de sus zonas.
La pila bautismal, fechada a
finales del sigo XII, realizada en piedra arenisca, con forma semicircular, de
52 x 90 cms, presenta una sucesión de escenas sin cortes de separación, a modo
de friso corrido.
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La Paz y la Tregua de Dios (detalle). Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia). |
La primera escena esta dedicada al
vicio de la lujuria. Se presenta a una mujer cuyos pechos son mordidos por dos
serpientes que parecen ser amamantadas por ella. Una de las serpientes se
enrosca entre las piernas y brazos de otra mujer que utiliza sus manos para
ocultar su sexo y su pecho. Una tercera serpiente colgada desde lo alto parece
dirigirse a las dos mujeres que soportan el suplicio con los ojos entornados y
la boca cerrada. Es evidente el sentido moralizante, para algunos
necesariamente de castigo, de la representación.
Siguiendo a la derecha, la escena
siguiente representa a dos jinetes con lanza y cota de mallas enfrentados y con
una dama en medio que sujeta la espada de uno y la lanza de otro. Es un tema
bastante desarrollado en el románico: se trata de la representación de la Paz y la Tregua de Dios.
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Escena amatoria. Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia). |
La escena que sigue está formada
por cuatro personajes. Los dos centrales, son una pareja abrazándose, besándose
y realizando el coito mientras un hombre, quizás el fiador parece dirigirse a
los amantes, mientras en la parte derecha una mujer, con manto toca y
barbuquejo, apoya su mano y empuja la espalda de la amante hacia su oponente
masculino. El realismo de la escena recuerda capiteles y canillos de la iglesia
de Cervatos.
El friso sigue con una escena en
la que se presenta a un músico tocando una vihuela con arco acompañado de una
bailarina, normalmente interpretada como escena de juglaría, y concluye con dos
personajes abrazados, que por la actitud de sus caras en actitud repulsiva más
parecen luchar y que se suele identificar como la representación de la
discordia. De este tipo de desórdenes protege una mujer a su hijo escondiéndolo
con sus manos en su regazo.
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La discordia. Pila Bautismal. Iglesia del Salvador. Rebanal de las Llantas (Palencia). |
En total dos escenas de disputas
resueltas de manera distinta: en una dama protege a un niño con sus manos
separándolo de la disputa y en la otra deteniendo a los contendientes. La
Iglesia se representa a si misma en su labor mediadora. Dos de las escenas
restantes están dedicadas a relatar las alegrías de la vida: la danza y la
práctica amorosa. La quinta y última, mujer humillada y torturada en su
femeneidad, relata de forma inequívoca el castigo.
Se dice que en la cultura judía
está inserto el sentido de la venganza, de la ley del talión. En respuesta a
esta actitud la cultura cristiana ha aportado una dicotomía: el perdón, incluso
al hijo pródigo, y el castigo irremediable, aunque ya se haya determinado que
no existe infierno.
¡Y todo este programa se
desarrolla en una pila bautismal!
La aportación de las últimas generacionesconsite en situar la pila en un cubículo de reducidas dimensiones y contra la pared de tal manera que su acceso es imposible para cualquier visitante (no permite apenas su limpieza lo que origina un color de la piedra arenisca muy diferente). Las posibilidades de autofoco de las modernas cámaras han permtido captar "a ciegas" las escenas que se presentan. Doy por supuesto que el lector ha entendido que la escena que se sitúa contra la pared es la de carácter amoroso.